La tarde ha sido muy agradable y la fiesta aún continúa con un grupo de boleros mallorquines, agrupación de púa, es decir, guitarras, bandurrias, laúdes y sonoras castañuelas . Sonidos entrañables de jotas, boleros y otras danzas que, salvo en fiestas locales, no son de audición frecuente. Pero para mí es tarde y he tenido que dejarlo tras haber permanecido un par de horas escuchando una joven banda, Santa Cecilia de Son Rapinya – me refiero a una banda tradicional formada por instrumentos de viento y percusión, en la que hay músicos de pocos años – quizás 10 o 12 años -, adolescentes – tocaban algunas exalumnas de hace un par de años – y gente de edades variadas. A mí me encanta ver estas agrupaciones no profesionales y que lo hacen muy bien.
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