En 1999, el RCD Mallorca se trasladó a Son Moix. Hasta 2007 fue utilizado por el Mallorca B, desde entonces, y para vergüenza de todos y pena de los Mallorquinistas el estadio se encuentra totalmente abandonado, degradado y en un estado lamentable.
El estadio es propiedad del RCD Mallorca en un 30%, el resto está dividido entre copropietarios. Tanto el club como el resto de propietarios se han desentendido del mantenimiento del campo desde que el equipo filial dejara de utilizarlo en 2007. Tampoco el Ayuntamiento de Palma ha realizado muchas labores al respecto.
Desde que el Mallorca se fue del Luís Sitjar y ese tiempo ha bastado para que el viejo estadio se convierta en un vertedero, en un foco de suciedad y degradación en pleno casco urbano de Palma. El campo es ahora un solar abandonado y en ruinas al que acceden okupas, drogadictos e indigentes.
La hierba ha crecido un metro en algunos puntos del campo, y las diferentes dependencias del estadio se han destrozado y deteriorando a marchas forzadas. Las imágenes son descorazonadoras. ¿Y cómo se llega a esto?
